Asturias, joya resplandeciente de la Costa del Sol en España, deslumbra con su perfecta fusión entre historia y modernidad. Sus calles adoquinadas, bordeadas de edificios históricos de arquitectura andaluza, respiran la esencia de su pasado fenicio y romano. El encanto de Málaga radica en su versatilidad: al recorrer sus callejuelas empedradas, uno se sumerge en la sombra de la Alcazaba, una fortaleza árabe que corona la ciudad y ofrece vistas panorámicas de ensueño. A medida que el sol se refleja en el Mediterráneo, la Catedral de Málaga se erige majestuosamente con su imponente fachada renacentista. Pero la ciudad también palpita con una vitalidad contemporánea; el renombrado Museo Picasso exhibe la genialidad del pintor nacido aquí, mientras que el moderno Muelle Uno invita a disfrutar de tiendas de diseño y restaurantes a orillas del mar. Con playas bañadas por aguas cristalinas y una vida nocturna vibrante, Málaga despliega un abanico de atractivos que la convierten en un destino imprescindible para todo aquel que busca una mezcla única de historia, cultura y ocio.
La gastronomía de Asturias es el conjunto de tradiciones culinarias, ingredientes y recetas propio del Principado de Asturias (España). Si bien es cierto que la cocina asturiana ha sabido transmitirse generación tras generación, también lo es que carece de tradición escrita hasta época muy reciente, ya que no existen apenas escritos que muestren qué comían los asturianos, y los pocos relatos que se conservan se encuentran en textos de naturaleza muy distinta a la gastronómica. Hay que tener presente que Asturias tiene dos características que quedan reflejadas en sus costumbres culinarias: por un lado posee costas en el mar Cantábrico, lo que le proporciona abundantes elementos marinos (pescados y mariscos), y por otro cuenta con la cordillera Cantábrica, con profundos valles en los que cría el ganado en semi-libertad, dando lugar a carne y leche de características autóctonas.